martes, 24 de enero de 2012

Córdoba: Pitada a Díaz Trillo Domingo 22/1/2012

De similar forma a como los caracoles tras la lluvia indefectiblemente sacan los cuernos al sol, nuestros amigos de la Junta tras el anuncio electoral han comenzado a pasearse y, de camino, hacer su campaña particular aprovechando el cargo que ostentan.

Esa necesidad de visibilidad abre una extraordinaria puerta a la pitada anticortijera. A medida que se acerque la campaña es seguro que se multiplicarán las pitadas a este gobierno decadente.

Mil gracias a los que van a montar la bulla, a quienes la graban y a quienes las difunden. Sois verdaderamente dañinos.






Esta información la he obtenido de la página amiga de los EE.PP. de Córdoba, y aquí su crónica:

http://empleadospublicosjacordoba.blogspot.com/2012/01/bien-es-sabida-la-relacion-de-amor.html

Visita de Diaz Trillo (Consejero de Medio Ambiente) 23/01/2012

Bien es sabida la relación de "amor eterno" entre Córdoba y el cortijo. Así lo demuestra las "innumerables" visitas a nuestra capital del elenco cortijero. 

Ayer domingo, estuvo en nuestra ciudad la Gran Maligna, 12.30 de la mañana, en un acto anunciado muy a última hora, para visitar el CADE (Centro Andaluz del Enchufe), la señora Moreno, es tan trabajadora que los domingos no descansa.

Hoy lunes nos ha visitado el consejero Trillo, habitual de llegadas tardías, entrar por puertas traseras, etc.... 



Hoy nos ha sorprendido, para un acto previsto a las 17,30 horas, ha aparecido por la Delegación del Gobierno poco más allá de las 16,30 horas, seguramente para evitar a la Delegada del Gobierno, a la que ha pillado todavía sin el colorete. 

La seguridad ha aumentado, ya nos ponen hasta la cinta de POLICIA NO PASAR, una furgoneta del CNP cierra la calle San Felipe y otra es utilizada de marmolillo.  


Como ya es sabido, la lucha en la calle continúa en Córdoba, con más o menos efectivos, pero el cortijo de aquí entra pronto y sale tarde. A las 19,00 horas los furgones de policía seguían vigilando la puerta ante el peligro que sentía el señor Consejero.